Investigadoras de la FP-UNA: Dra. María José Fernández de Nestoza


"Yo creo que es muy importante proteger a las mujeres porque, las mujeres, cumplimos un rol muy importante en la sociedad con el tema de la familia. Todo el mundo se preocupa mucho por la familia, pero nadie protege a la mujer, que cumple un rol central". 
Dra. María José Fernández de Nestoza en el Laboratorio de Bioinformática.

Licenciada en Biología, Doctora en Bioquímica y Biología molecular, con Posdoctorado en Medicina Molecular. Es Docente Investigadora de Tiempo Completo y Dedicación Exclusiva de la UNA, Nivel II del Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores - PRONII. Tutora de Maestrías y Doctorados; Fundadora y Directora del Grupo de Investigación en Bioinformática del Núcleo de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la FP-UNA - NIDTEC, conformado por un equipo multidisciplinario que incluye investigadores de la Facultad e investigadores del Centro de Investigaciones Biológicas - CSIC (España). Cuenta en su haber con la publicación de artículos en revistas arbitradas, libros y capítulos de libros.

Reconocimientos
2018: Beneficiaria del Programa TWAS (The Wordl Academy 
of Science) para el Desarrollo de la Ciencia en los Países en 
Desarrollo.
2018: Mención especial Premio Nacional de Ciencias por su 
trabajo.
2017: Mención en el área Ciencia y Técnica por los aportes 
realizados en dicho campo, con motivo de la “III Edición del
Homenaje a la Mujer Paraguaya de Hoy”, organizado por la
Embajada Argentina, el Ministerio de la Mujer y ONU-Mujeres 
2016: Beneficiada con una Beca Postdoctoral de la Fundación
Carolina para realizar una investigación en replicación   y
topología de minicromosomas en células humanas.

                                                                                                                                                                                                            
¿Cuándo nació su interés por la investigación?
Si tengo que remontarme en el tiempo, recuerdo que, desde muy pequeña, era muy curiosa, quería saber. Mi mamá se enojaba porque desarmaba mis juguetes para saber qué había adentro; esa era una de mis curiosidades. Siempre quería ver qué había dentro de mis muñecos y terminaba abriéndolos y para ver cómo eran por dentro. Yo creo que así comenzó ese bichito de la curiosidad.

¿Alguna persona que la haya inspirado?
Hay varias; una de ellas fue Marie Curie*. Mi abuela, una persona que dedicó toda su vida a la docencia, tenía un libro sobre la vida Marie Curie. Me acuerdo bien; hasta ahora lo tengo, yo guardé el libro. Es un librito chico, de pocas páginas y apto para niños. Yo lo leí, me encantó, me fascinó la vida de Marie Curie. También, mi padre, quien siempre nos estimuló, nos incentivó desde muy pequeños y la curiosidad y esas ganas de ir siempre más allá, buscando nuevos desafíos; algunos profesores en la época de colegio, profesores excelentes que te motivan. Y, siempre, me gustaron las dos cosas: la investigación, siempre fui muy curiosa, y también me gusta mucho la docencia.

¿Cómo se dio para elegir la Biología como carrera de grado?
Eso ya se dio más adelante, cuando ya tenía que decidir la carrera universitaria. Estaba a punto de decantarme por una carrera tradicional, como lo es la medicina. Pero, en algún momento, justamente con la ayuda de mi papá, que siempre me apoyaba, empezamos a buscar otras carreras. Así, encontré el programa de la carrera de Biología en FACEN (Facultad de Ciencias Exactas y Naturales – UNA), y dije: “esto es lo mío, esto es lo que yo quiero hacer”. Y ese fue el momento en el cual yo decidí dedicarme a la Biología, y siempre también tuve claro que iba a ser el tema de genética, laboratorio, es algo que siempre me gustó.

Uno de sus grandes logros, ha sido la conformación del Grupo de Investigación Multidisciplinario (Grupo de Bioinformática).
Sí, en eso estamos; yo considero que todavía no alcancé la meta. Siempre uno quiere más, uno piensa que todavía está muy lejos, y eso es muy bueno. Sí, fue un logro encontrar un ambiente propicio; fue muy positivo el hecho de poder contactar con investigadores que estaban como yo: volviendo al país, con muchas ideas frescas, con muchas ganas, de sacar adelante las cosas y hacer investigación. Y no me quiero olvidar del apoyo que siempre tuve de los laboratorios extranjeros, de las personas con las que yo trabajé durante mi periplo en el exterior.  Ellos me abrieron las puertas, y ese apoyo hizo que surja algo.

Y el otro gran logro es el Laboratorio de Bioinformática.
Estamos a todo pulmón, esforzándonos para que arranque este laboratorio; ya estamos empezando a hacer nuestros primeros experimentos. Nos falta todavía mucho: ahora estamos con el tema de reactivos; tenemos los equipos, pero también necesitamos los reactivos. En eso estamos. Por suerte, tenemos proyectos financiados principalmente por el Programa PROCIENCIA del CONACYT y, también, contamos con algunos proyectos de ayudas del exterior que son especialmente para mujeres investigadoras del tercer mundo, y nos estamos beneficiando con eso.

¿Cuáles son sus líneas de investigación?
Por un lado, está el tema de la topología del ADN, donde seguimos haciendo simulaciones computacionales en colaboración con la gente del Laboratorio de Biología Molecular de los Cromosomas (CIB-CSIC, España), cuyo Director es un investigador paraguayo, el Profesor Jorge Bernardo Schvartzman, y la otra línea, a la que ahora recién podemos darle rienda suelta es la reprogramación de la diferenciación en células tumorales. O sea lo que estamos haciendo es investigar cómo podemos hacer que una célula tumoral deje de crecer de manera descontrolada y se diferencie hacia un linaje celular; en nuestro caso particular, hacia el linaje eritroide. Entonces, usamos como modelo progenitores eritroides, que fueron infectadas con un complejo vírico que hace que las células sanas se “transformen” en células tumorales. Nuestro objetivo es identificar factores o genes que estén implicados en la transformación tumoral y modificar su expresión para conseguir que esas células dejen de crecer y se diferencien hacia el linaje eritroide. Una vez que las células se diferencian, dejan de crecer y dejan de ser tumorales. Hacemos eso con un modelo in vitro de una línea celular eritroleucémica derivada de ratón.

En cuanto a los trabajos anteriores, ¿qué puede comentarnos?
En realidad, este trabajo es un tema en el que siempre estuve trabajando, con el que yo hice mi tesis de Doctorado. Ahora que contamos con un laboratorio, pude retomar el tema de la reprogramación de la diferenciación en células tumorales. Incluso, cuando volví al Paraguay, la Doctora Graciela Russomando (Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud de la UNA - IICS) me abrió las puertas de su laboratorio, me prestó a su gente y, gracias a eso, sacamos un artículo científico que publicamos en una revista internacional que tiene que ver con la identificación del sitio de integración del virus SFFV en el genoma, lo que hace que las células expresen el gen PU.1, responsable de la transformación progenitores eritroides. Este fue uno de los trabajos que hicimos anteriormente en colaboración con la gente del Laboratorio de Biología Molecular y Biotecnología del IICS, dirigido por la Dra. Russomando y el grupo de la Dra. Krimer en el centro de investigaciones Biológicas – CIB-CSIC. 

Ahora, lo que nos interesa es utilizar una técnica nueva, denominada CRISPR/Cas9, que permite editar el genoma, una técnica que está generando mucha polémica porque permite “cortar” el genoma para delecionar o reemplazar un gen: yo puedo elegir qué gen voy a delecionar y, mediante una transfección, lo que hago es meter una especie de tijera que corta el gen que a mí me interesa: dándole una guía, para corte en un sitio específico del genoma. De esa manera, yo puedo eliminar un gen y puedo ver qué efecto tiene la eliminación de ese gen en la célula, saber qué función cumple ese gen. Hace poco, sacamos un artículo en colaboración con la Dra. Dora Krimer, del CIB-CSIC, España, donde justamente se hizo eso: se eliminó un gen y se analizó qué efecto tenía la eliminación de ese gen, y encontramos que afectaba el proceso de organización del citoesqueleto de las células, pudiendo interferir con el proceso de enucleación que tiene lugar al final de la diferenciación eritroide. Los glóbulos rojos, en el proceso de maduración llegan a perder el núcleo, y la eliminación de este gen podría inhibir ese proceso. 
Acceder al artículohttps://peerj.com/articles/6284/

Antes de eso, estuvimos trabajando en Topología del ADN, como te había mencionado, y también en Topología de plásmidos en células humanas. Eso fue también un trabajo que publicamos conjuntamente con el grupo del Doctor Schvartzman.

En 2018, obtuvo una Mención especial del Premio Nacional de Ciencias y en 2017, en la  III Edición del “Homenaje a la Mujer Paraguaya de Hoy”. ¿Qué significa eso para usted?
Una satisfacción muy grande; significan también un impulso para continuar porque, a veces, el trabajo del investigador tiene sus altibajos y cuesta, sobre todo cuando uno está tratando de abrirse camino. Un reconocimiento como este se convierte en gran aliciente para continuar trabajando; es una señal de que vas por buen camino y que todo tiene su recompensa. Yo soy partidaria de hacer mi trabajo en silencio porque no tengo tiempo de desviarme en otras cosas, y ver resultados como estos, me pone muy contenta. Por supuesto, nada de esto hubiera sido posible sin el apoyo del Dr. Cubilla y los demás investigadores del Instituto de Patología e Investigación (Paraguay) y el equipo del Diagnostic Laboratory (DDL, Holanda). Me considero muy afortunada de poder colaborar con ellos.

Es madre de dos niñas: ¿cuál es su propuesta o recomendación para incentivar el interés y el acceso de las niñas a las STEM, que son considerados feudos masculinos?
Primero, yo creo que a nivel sociedad tenemos que liberarnos un poco de esos prejuicios que tenemos de que ciertas cosas son solo para mujeres o solo para hombres. Eso es lo que yo le inculco a mis hijas: que se liberen de eso, que no existen esos prejuicios sociales y que se animen a hacer lo que les gusta. Lo que yo creo es que, a las mujeres, nos falta más autoestima, darnos cuenta de lo mucho que valemos, de la capacidad que tenemos, que es asombrosa. Yo no dejo de asombrarme de mis congéneres, de cómo hacemos tantas cosas; hacemos malabarismos. Sobradas estamos de capacidades; cumplimos muchos roles, al igual que los hombres. Más que nada, pienso que se debe apoyar a que las niñas se dediquen a hacer lo que les guste, que no se fijen en los prejuicios, que se dejen llevar por ese tipo de cosas.

¿Algo más que desea agregar?  
Yo creo que es muy importante proteger a las mujeres porque, las mujeres, cumplimos un rol muy importante en la sociedad con el tema de la familia. Todo el mundo se preocupa mucho por la familia, pero nadie protege a la mujer, que cumple un rol central. Hoy en día, las mujeres estamos en un momento, yo creo muy bueno, pero también difícil porque estamos como ganando cada vez más espacio en el ámbito profesional y, muchas veces, eso nos obliga -y lo veo mucho en mis viajes al exterior- a sacrificar un poco el otro lado: la familia. Entonces, creo que es muy importante que las autoridades y la sociedad en general tomen conciencia de la importancia de crear las condiciones adecuadas para que las mujeres podamos trabajar y tener familia a la vez.

Por último, quiero comentar que conocí un investigador que solo quería tener mujeres que sean madres en su laboratorio; él decía que las madres son mucho más eficientes que los demás, porque en muchas menos horas te pueden hacer mucho más: terminan antes el trabajo y de manera óptima, son más eficientes.

*Científica polaca (1867-1934): primera mujer en ganar el Premio Nobel: Física, en 1903 y el de Química, en 1911. También, fue la primera mujer en dar clases en la Universidad de la Sorbona (París).