Investigadoras de la FP-UNA: M.A., Abg. María Cecilia Llamosas Del Puerto


... quizá entre las mujeres, hay una aversión mayor al riesgo, a lo nuevo y lo desconocido. Yo les digo que hay que animarse y, sobre todo, buscar apoyo desde el primer tiempo y, después, animarse; sobre todo, animarse a hablar sobre los temas de interés. 

M.A. Abg, María Cecilia Llamosas Del Puerto

Es Máster en Política Energética y Especialista en Sistemas Energéticos y Movilidad. Egresada de la carrera de Derecho en la UNA y la KU Leuven (Bélgica). Se desempeña como Coordinadora del Laboratorio de Política Energética del Grupo de Investigación en Sistemas Energéticos de la Facultad (GISE) y como coordinadora del Programa de la Red de Jóvenes Investigadores en Energía y Desarrollo. Es Docente Investigadora con Dedicación Completa de la FP-UNA, e investigadora categorizada del Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores – PRONII del CONACyT (Nivel: Candidata). Ha sido investigadora invitada en el Science Policy Research Unit en Sussex, Inglaterra y ha publicado artículos en revistas internacionales arbitradas, tanto como autora y como coautora. 

Reconocimientos
Becaria del Gobierno Alemán (DAAD- Helmut Schmidt) y del Programa Fulbright para estudios de posgrado en Alemania y Estados Unidos.
Becaria del Programa Blue Book de la Comisión Europea para entrenamiento en Políticas Públicas en Bruselas, Bélgica.
Aceptada al Programa de Phd en Política Energética en la Universidad de Sussex, Inglaterra


¿Cuándo nació su interés por la investigación?
Probablemente desde que soy muy pequeña, gracias a mis padres, que siempre tuvieron un perfil abocado a la ciencia. Mi padre trabajó siempre en la Universidad Nacional: fue vicedecano de Medicina y también profesor, allí, por más de 40 años. Yo frecuentemente, iba con él a la Facultad e, inclusive, fue así como conocí a Arturo González, un colega, cuya mamá también trabajaba en la Facultad.

¿Y cómo, entonces, andando tanto tiempo por la Facultad de Medicina ha optado por una carrera que no es de esa área?
Justamente por eso, porque me saturé bastante de lo que era Medicina –mis padres son médicos- Realmente, lo que más me gustaba era la Ingeniería Informática, e iba a seguir esa carrera; finalmente, opté por Derecho porque también me gustaba la parte de Ciencias Sociales y la parte de Investigación. También, vale decir que, en el colegio, ya en la secundaria, tuve la oportunidad de tener la materia Metodología de la Investigación, con la que exploré un poquito la parte de Ciencias Sociales, que me gustó. Ahí salí un poquito del ámbito técnico. 

¿Alguna persona que la haya inspirado?
Mi profesora de Investigación y de Castellano del Colegio San José, que se llama Graciela Fanego de Bianchi, hoy en día, Investigadora en la Universidad Americana.

Uno de sus grandes logros ha sido el Laboratorio de Política Energética del GISE y el nacimiento de la Red de Jóvenes Investigadores en Energía y Desarrollo del GISE.
Yo creo que eso también se debe al ambiente positivo que hay en el GISE; de hecho, yo me incorporé al Grupo a través de una pasantía que hice durante mi maestría y, luego, fui invitada a formar parte del equipo porque yo había trabajado ad honorem ya en varios proyectos desde Alemania. Siempre hubo mucha apertura con lo que es la multidisciplinariedad en el Grupo. Por supuesto, aunque había apertura, no había demasiada variedad dentro del Grupo, lo cual tampoco es algo negativo, sino es como se fue desarrollando y, al entrar, yo también tuve la oportunidad de descubrir que, así como yo tuve la oportunidad de entrar a un grupo multidisciplinario, hay muchas personas que tienen mucha capacidad, mucho interés, muchas ganas de trabajar, sobre todo de diferentes carreras que tienen que trabajar este tema tan importante como lo es la energía, y no había una línea que los nuclee. Y, como hacemos bastante divulgación de nuestros proyectos de trabajo en diferentes ámbitos, vimos que había mucho interés de diferentes lugares: Economía, Derecho … de todo un poco. Así, lo que busqué con esta iniciativa ha sido ver quién estaba realmente interesado en trabajar y, por un lado, fomentar qué es la investigación; qué hacen los investigadores en el día a día (la parte del proceso), que está por debajo y, la parte de sustancia, que se tiene que ver con la energía. Esto, para mí es muy importante: yo misma, antes de venir a Paraguay y conocer al GISE, no me imaginaba una carrera de investigación, porque ya se daba por hecho que no existe esa posibilidad, sobre todo en el área en el que me desempeño, “¿en dónde me voy a insertar?”. Pero, al descubrir yo, y tener la apertura de los investigadores, que se podía, también quise que otras personas tuvieran esa posibilidad.


Jóvenes de la Red junto a los investigadores Ing. Arturo González (primero de la izquierda), 
el Dr. Victorio Oxilia, Director de Investigación y Posgrado (segundo de la izquierda) y Cecilia Llamosas (centro)

El Laboratorio, ¿cuánto tiempo tiene? 
Un año y medio más o menos. Allá, por setiembre octubre de 2017, cuando empezamos a diseñar o empezó a darse más vida a lo que sería al Núcleo de Recursos Naturales y Energía (del cual forma parte el GISE) es que surgió la estructura del Laboratorio dentro del GISE, y ahí se abrieron las vacancias. En mi caso, fue parte de lo que yo postulé cuando lo hice para Docente Investigadora de Dedicación Completa. Para el Laboratorio –de afuera- postularon 19 estudiantes, de los cuales quedaron 15; luego, 8 desarrollaron su proyecto de investigación. De la FP-UNA, al menos 12 estudiantes ya pasaron por el Laboratorio. Ahora, tenemos una segunda tanda, ya con interesados, sin que aún haya un llamado oficial. Además de los estudiantes de la Facultad Politécnica, trabajamos con estudiantes de la Facultad de Economía, sobre todo, también por la cercanía, que tiene mucho que ver. Diferente es venir de Trinidad (Derecho), o del centro (Ciencias Políticas), ya que del Campus hay más facilidad.


¿En qué están los jóvenes de la Red de Jóvenes Investigadores?
Algunos de ellos, están todavía con sus tesis de grado; tenemos temas de movilidad eléctrica, sobre todo en la carrera de Economía; también tenemos otra estudiante, que ya se recibió en su carrera y que está estudiando lo que son los Royaltíes de Itaipú. Tenemos uno que está trabajando con los clústeres de madereros en Caazapá, y otros  muchos temas diferentes, como pobreza energética, desde el punto de vista si ayuda o no a las personas a usar la energía de manera útil, no tanto cuánto se le descuenta, sino si le sirve o no. También es muy satisfactorio para nosotros que dos de los jóvenes que estaban trabajando con nosotros, acá en la pasantía, a través de los contactos que hicieron en sus proyectos, hoy, están trabajando; uno, en el sector público – en Aduanas- y el otro, en el sector privado, en una consultora muy importante en lo que es políticas públicas.


Sobre sus líneas de investigación, ya nos adelantó algo de lo que está aportando desde su área del conocimiento y cómo se ha logrado que estudiantes de otras áreas puedan aportar, desde la multidisciplinariedad.
Antes que nada hay que aclarar que suena lindo e interesante el tema de la multidisciplinariedad, pero resulta bastante complicado. Más allá de entender los temas, es entenderse entre las personas porque, una persona que tiene una orientación más de las Ciencias Sociales, de repente no entiende intuitivamente un punto de vista más asociado a la ingeniería y, viceversa. Creo que la parte más importante de eso, es tener apertura y empatía, sobre todo, para entender cómo piensa la persona, cómo pienso yo y como piensa el otro, más allá de la parte personal, la parte metodológica. Eso es lo primero que quiero resaltar. Lo segundo, es la gran apertura que hay, que –teniendo que de los compañeros, 90% son ingenieros- más allá de la complejidad de entender cada uno su tema, hay mucha predisposición para incorporar cuestiones de otras disciplinas y de explicar con mucha paciencia. El hecho que expliquen cuestiones muy técnicas, muy profundas que hoy yo pueda reproducir, es fruto también de la paciencia y la empatía de la buena predisposición de los colegas.  Casi todos los proyectos que tenemos son multidisciplinarios porque, al ser la energía nuestro punto álgido, sí o sí se conjugan cuestiones sociales, cuestiones políticas sobre todo porque acá tenemos un marcado momento político en el sector energético paraguayo y en las cuestiones de modelos energéticos. También estamos modelando variables políticas o sociales entre los modelos formales técnicos matemáticos, y ahí te puedo mencionar, por ejemplo, el Proyecto de transformación del sector productivo, en el que trabajamos ingenieros, economistas, analista de política energética -mi caso-, en desarrollar no solamente la pregunta a qué sector hay que migrar para que tengamos una matriz productiva más sofisticada, sino también qué capacidades tiene que desarrollar la población en términos de educación, en términos de capital social para poder dedicarse a esa área. 

Nuestra iniciativa estrella, es “Paraguay 2023”, donde se conjugan todos los proyectos, y en el marco de la cual trabajamos acerca de las posibles consecuencias y diseño de posibles escenarios en torno a la renegociación del Tratado de Itaipú. Ahí, por supuesto trabajamos desde el modelo de mercado hasta estrategias políticas. Acceder a boletines: 
https://gisefpuna.wordpress.com/2018/05/22/a-5-anos-de-prender-o-apagar-el-pais/

Actualmente, están embarcados en un trabajo conjunto con Itaipú, ¿qué puede comentarnos al respecto?
En Diciembre del año pasado, se firmó un Convenio Marco Interinstitucional Tripartito, entre la FP-UNA, Itaipú y el Centro de Recursos Naturales y Energéticos.  Lo que estamos haciendo es, básicamente, colaborar proveyendo asistencia técnica a Itaipú en eso, y constituyéndonos –según palabras de ellos mismos- en referencia como universidad en esos temas. Sobre todo, la intención fue informar el debate científicamente, pero también hay de parte de Itaipú una gran intención de abrir el debate. Por eso, también recurrimos al diseño de foros de debates virtuales y presenciales. Hay que destacar la apertura de Itaipu y el firme deseo de buscar un basamento científico para futuras posibles decisiones; ellos se acercaron al GISE, con el que siempre tuvieron un contacto fluido y, en conjunto con un centro de investigación del sector privado, se aliaron con nosotros para trabajar con ellos en lo que es el diseño de un foro estratégico nacional para discutir con el público en una modalidad presencial y virtual para poder trabajar en una agenda estratégica con miras a la revisión del tratado.

¿Cuál es su propuesta o recomendación para incentivar el interés y el acceso de las niñas y jóvenes a la investigación?
En general, yo diría que es una carrera que, primero, no se conoce mucho tanto entre hombres y mujeres, pero que quizá entre las mujeres, hay una aversión mayor al riesgo, a lo nuevo y lo desconocido. Yo les digo que hay que animarse y, sobre todo, buscar apoyo desde el primer tiempo y, después, animarse; sobre todo, animarse a hablar sobre los temas de interés. Lo que yo creo también que contribuye es que, mientras más mujeres se involucren en los debates, sobre todo en temas técnicos, se va a equilibrar también el discurso. Además, la presencia de la mujer infunde cierto ambiente de respeto y hace que se guarde más la compostura.


Jóvenes de la Red junto a los investigadores del GISE (Cierre de Pasantía 2018)

¿Algo más que desea agregar?
Volviendo al tema de la energía, yo creo que es súper importante, sobre todo que hay una población menor de mujeres en ámbitos técnicos y pocas mujeres que se animan a hablar u opinar sobre el tema. Es muy importante participar para ayudar a avanzar con el debate.-