Test y diagnóstico de COVID-19


El COVID-19 es un nuevo tipo de virus, perteneciente a la familia de los coronavirus, y causante de enfermedades respiratorias graves que pueden llevar a la muerte. Actualmente, no existe una vacuna para prevenir la enfermedad; por lo tanto, el lavado de manos y el aislamiento social siguen siendo las únicas formas de evitar el contagio. Sumado a esto, resulta crucial, el diagnóstico, a fin de identificar a los infectados y separarlos para un tratamiento adecuado y oportuno.

Entrevista a la Prof. Dra. María José Fernández de Nestosa, Bióloga Molecular, Líder del Grupo de Investigación en Bioinformática de la Facultad Politécnica de la UNA.

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Existe más de un tipo de prueba para diagnosticar la enfermedad, ¿cuáles son?

Existen tres tipos de pruebas disponibles: una, es la prueba de reacción en cadena de la polimerasa o PCR (por sus siglas en inglés). Entre los llamados test rápidos, pruebas portátiles que ofrecen resultados en pocos minutos, se encuentran: la determinación de anticuerpos o test serológico de detección indirecta y la determinación de antígenos (unas proteínas presentes en la superficie del virus) o test antigénico.



¿En qué se diferencian? ¿Qué tipo de información nos dan?

La prueba de reacción en cadena de PCR busca determinar la presencia del virus y, más específicamente, de una parte del virus: su material genético. Se realiza en el laboratorio con máquinas especializadas y tarda varias horas. 

La determinación de anticuerpos se basa en determinar la presencia de una respuesta inmunológica (creación de anticuerpos específicos) en el paciente infectado. Los test de anticuerpos no detectan el patógeno directamente, sino la respuesta del sistema inmune a la infección vírica. Contra el coronavirus se producen primero anticuerpos IgM (siglas de inmunoglobulina M) hasta alcanzar un máximo a los 7-10 días para, más tarde, casi desaparecer. Esta respuesta primaria es indicativa de una infección aguda y va seguida de la producción de las IgG (siglas de inmunoglobulina G), cuya afinidad por el virus es mayor, que empezarían a ser detectables a partir del día 14. 

Por tanto, estos test no tienen capacidad diagnóstica durante la primera semana de la infección. Sin embargo, sí pueden indicar si una persona ha superado la enfermedad, incluso semanas después de que haya eliminado el coronavirus de su organismo. Pueden ser de gran utilidad para comprobar el grado de inmunidad de la población y medir el alcance de la pandemia. 

Los test antigénicos determinan la presencia de proteínas virales en muestras tomadas de la zona nasofaríngea (bastoncillo por la nariz; también se puede recoger del esputo en un recipiente).

¿Cuál es la técnica más utilizada y por qué?

La prueba de PCR es, hasta la fecha, la más utilizada y fiable. Las pruebas de PCR son una forma bastante fiable de comprobar la existencia de enfermedades infecciosas. Hay estudios recientes en China que indican que la sensibilidad de la PCR está en torno a un 67%. Esta sensibilidad podría descender hasta un 54% a partir del día ocho desde el inicio de los síntomas y hasta un 45,5% en los días 15 al 39. Una de sus limitaciones es que se tarda mucho tiempo en obtener resultados; esto implica un límite en la cantidad de pruebas que un solo laboratorio puede llevar a cabo en un día. Otra limitación, es la disponibilidad de reactivos necesarios que, actualmente, es bastante escasa a raíz de la pandemia mundial.

¿Cuál es el procedimiento para la realización de la prueba habitual (o la más utilizada)?


Para confirmación de casos sospechosos y positivos

¿Por qué es importante utilizar más de una técnica de diagnóstico?

El uso de más de un técnica permitiría elevar la sensibilidad y especificidad para evitar falsos positivos o negativos. También, nos pueden ayudar a conocer la situación real, por ejemplo la combinación resultados de PCR con la detección de anticuerpos (IgM e IgG) podría ayudar a controlar y monitorizar la epidemia, conocer cuántas personas han estado en contacto con el virus y están inmunizadas, a definir con mayor exactitud la tasa de letalidad del virus, predecir qué podría ocurrir si hay una segunda oleada, y a decidir las medidas de confinamiento.

¿En qué consiste la prueba de Cribado?

El cribado, en el marco de los sistemas sanitarios, se refiere a la realización de pruebas diagnósticas a personas, en principio sanas, para distinguir aquellas que probablemente estén enfermas de las que probablemente no lo están. Una de las grandes incógnitas en torno a la pandemia de COVID-19 es la cifra real de personas contagiadas. A nivel mundial, el recuento oficial de casos de COVID-19 supera los dos millones de personas, pero ese cálculo se basa principalmente en personas que solicitan asistencia médica y en las que son sometidas a las pruebas. El verdadero número de casos es mucho mayor, pues incluye a los asintomáticos y a los que no se han sometido al test. Pronto, los test serológicos masivos deberían empezar a ampliar la información. Varios gobiernos de todo el mundo ya están preparándose para cribar a sus poblaciones en masa.

¿Cómo se determina que una persona ha superado el COVID-19 y ha desarrollado inmunidad a la enfermedad?

Las personas que fueron diagnosticadas con coronavirus deben pasar por dos pruebas laboratoriales espaciadas en 24 horas y que ambas den resultado negativo para ser considerado paciente recuperado. El momento adecuado para hacer estas pruebas debería ser cuando la persona afectada no presente la sintomatología clínica (fiebre, tos seca, dificultad para respirar, etc.). También se aconseja tener en cuenta los 14 días posteriores a la recuperación, ya que puede haber un momento en el que el virus, aunque de manera reducida, continúe en el organismo. Una persona que ha pasado la enfermedad desarrolla un nivel bastante alto de anticuerpos y, por lo tanto, va a quedar inmunizada durante un periodo de tiempo importante, esto se podría determinar mediante un test serológico.

¿Por qué es tan necesario aumentar la cantidad de pruebas?

Las medidas de distanciamiento social pueden ayudar a disminuir la transmisión y permitir que los sistemas de salud hagan frente a la situación. Sin embargo, la forma más efectiva de prevenir infecciones y salvar vidas, es romper las cadenas de transmisión, para poder hacerlo se deben realizar más pruebas, sólo así se podrán tomar medidas para aislar los casos positivos. Los expertos sugieren que en nuestro país la cantidad mínima de pruebas estaría entre 500 y 1000 casos por día.-